EL ARTE DE MUSASHI MIYAMOTO
» La observación y la percepción son dos cosas separadas; el ojo que observa es más fuerte, el ojo que percibe es más débil. «
Musashi Miyamoto
» La observación y la percepción son dos cosas separadas; el ojo que observa es más fuerte, el ojo que percibe es más débil. «
Musashi Miyamoto
El presente se regocija en traernos un pasado fantástico y exótico, un pasado lleno de personas pasadas que se condimentan con extravagancias, mitos y se convierten en protagonistas de dos historias, la suya y la nuestra.
A finales del siglo XVI nace en la localidad de Miyamoto (Japón) un joven llamado Shinmen Takezo. De una vigorosa robustez física complementada con la claridad mental necesaria para la temprana ilustración de la lectura y escritura en tiempos donde la violencia plantaba semillas en los ojos de fuertes y sensibles. El budismo regala a Takezo una visión, un camino y un nombre: Musashi.

Monje observando una pelea de gallos | wiki commons

RoGan-zu, pintura en biombo | wiki commons

Otro de sus muchos pájaros retratados con un estilo Sumi-e | wiki commons
Su leyenda como guerrero y espadachín se alarga hasta día de hoy y nunca fue tan espesa como lo es ahora. Curiosamente sus andanzas como ronin se volvieron de cultura popular gracias a inventos del siglo XX: el cine y la televisión, que impregnaron la mente de los japoneses contemporáneos con historias de celuloide y tubo catódico sobre un guerrero feudal capaz de sobrevivir a Sekigahara siendo un adolescente o ganar 60 duelos invicto, intocable como el sol que daba sombra a su espada o calentaba sus ideas. Con anterioridad a ésto, Musashi Miyamoto era conocido por sus obras artísticas, en mayor medida por la influencia que el delicado Sumi-e tenía en su amor por la naturaleza.
Ducho en variadas disciplinas, no dudaba en cultivar la espada, el pincel, el barro o la prosa; con un espíritu renacentista al que dio rienda suelta en su entrada vejez debido al deterioro físico, cambiando la ejecución por la enseñanza y el flirteo con la muerte por la conquista de las artes. Las herramientas en sus manos se alzaban con vigor entre el fino aire para así describir delicados y precisos trazos tanto en la carne y el hueso como en la tela y el papel, capaz de sujetar el acero en la zurda y el bambú en la diestra con una técnica y estilo únicos.
Cormorán | Kobokumeigekizu – alcaudón en rama muerta | pájaro en rama | Wiki Commons, Museo de arte de Philadelphia
La auténtica protagonista de su obra es la naturaleza. Funde su mirada en lo cotidiano y en todo lo que tiene vida, aquello a lo que le regala su mirada le devuelve una escena empírica pero a su vez llena de espiritualidad que embellece con trazos espontáneos pero certeros, manchas de tinta monocromas que se funden ligeras con un fondo que no se preocupa en resultar.
La mente de Musashi es clara y libre de las expectativas, libre al fin de las exigencias que dejan paso a la experimentación de la creación, una creación con espacios en blanco cuyo rezo se interrumpe con voces de negro y gris. Nos deja imágenes de paz y contemplación, de formas sutiles que nuestros ojos completan sin esfuerzo, el canto taoísta del costumbrismo.


RoGan-zu, pintura en biombo | wiki commons
Sabemos que murió en 1645 alrededor de los sesenta años. El romanticismo que le acompañaba ha hecho llegar su historia a través del tiempo pero sobretodo del espacio, Go-rin no sho (el libro de los cinco anillos) es utilizado no solo por magnates japoneses, si no por el voraz mundo occidental y el capitalismo mercantil, pues la espada y la publicidad tienen un filo similar.
La veracidad de su leyenda ya no importa, no importa por lo que ya podemos ver, y podemos ver a Musashi preparado para marcharse bajo la atenta mirada de Reigandō, no sin antes concentrar la postura y domar la respiración una vez más, deleitando nuestro espíritu con suaves trazos de un Daishō compuesto por tinta negra y pasta de arroz.
Tremendo aporte, muchas gracias por tu explicación.
Excelente información del Sensei Miyamoto Musashi. Gracias